Mucha gente piensa que correr es igual se haga donde se haga, pero están muy equivocados ya que las exigencias de la carrera varían en función de dónde se practique. En esta entrada voy a hablaros de las 4 diferencias principales.

Terreno

La diferencia principal que nos vamos a encontrar está clara: el terreno.

Correr por montaña hace que cada pisada sea diferente, y por tanto cambiemos nuestra técnica para adaptarnos.

Tenemos tierra suelta, piedras, ramas, montículos…

A priori puedes pensar que habrá más fatiga, pero la realidad es que de este modo la fatiga se reparte entre diferentes músculos y estructuras. P

or ejemplo, en un descenso, se ha visto que corredores como Kilian Jornet modifican su pisada para adaptarla al momento y situación de la carrera (por ejemplo: cuanto más cerca del final, más fatiga hay y por tanto variar la pisada puede favorecer una pequeña descarga).

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Pero ojo, también hay mas riesgo. De sufrir caídas, esguinces, o similares.

Esta variación constante del terreno nos obliga a trabajar la propiocepción, la fuerza del core y tren superior, por supuesto la del tren inferior, y la estabilidad de tobillo, en mayor medida que un corredor de asfalto.

Además, en corredores principiantes el impacto contra el suelo será mucho menor al ser un superficie menos rígida.

Desnivel

En una carrera por asfalto es raro ver mucho desnivel positivo en el perfil de la carrera. En cambio, en montaña tenemos carreras que acumulan hasta 10.000 metros positivos como el UTMB (Ultra Trail du Mont Blanc).

Incluso existen pruebas como el KM Vertical, donde asciendes 1000 metros en menos de 5 km. Esto hace que las demandas sean muy diferentes a las que encontramos en una carrera por asfalto, encontrando a corredores de montaña que suelen tener una gran masa muscular en las piernas en comparación a los corredores de asfalto.

El entrenamiento de fuerza, de nuevo, cobra mucha importancia.

Por este motivo, saber andar es tan importante como saber correr.

Y no sólo saber andar, sino que te recomendaría comprar unos bastones y aprender a utilizarlos practicando un poco de marcha nórdica, de modo que descargues las piernas durante las subidas y puedas emplearte a fondo llegado el llano o la bajada.

Equipación

Empezando por las zapatillas y acabando por todos los complementos, el trail se caracteriza por las florituras. No me malinterpretes, me refiero a florituras útiles (¿pero a que quedan bien en las fotos?).

En el asfalto o la pista, con ponerte las zapatillas ya puede valer.

Pero en un trail de montaña existe un material obligatorio y otro recomendable, y el uso de cada uno dependerá de las condiciones climáticas y la duración de la prueba, principalmente.

Sobre todo, destaca el uso obligatorio de un elemento de hidratación (sea un bidón, soft flask, o mochila de hidratación), el cortavientos en el caso de pruebas con peor clima, y el frontal para las carreras nocturnas o para las cuales se prevea que va a anochecer durante la misma.

Además, llevar una manta térmica y el móvil con carga a tope suele ser bastante habitual.

Y puntualizo: no se trata de que sea obligatorio o no, se trata de aumentar la seguridad en un entorno que no controlamos.

Experiencia

Seamos sinceros. Comparemos la diferencia entre un trail de montaña y una carrera por asfalto (normalmente circuitos urbanos).

El paisaje, la naturaleza, la aleatoriedad de los elementos, la variación de todos estos elementos conforme avanzamos, la cantidad de «chuches» (si me permitís el símil motero) que podemos encontrar, lo divertido del entrenamiento, bajadas técnicas, tramos de trepada, sendas entre varias filas de árboles…

En este apartado cada uno tiene su opinión, pero si me dan a elegir, sin duda me quedo con la montaña ;)

entrenador de trail running